Tiroiditis: aguda, subaguda y crónica



Angel Comas Fuentes

Especialista en Medicina Familiar, Profesor Asociado de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Oviedo



Las características clínicas y  epide-miológicas de los diferentes tipos de tiroiditis se presentan en el cuadro 1.


Los diversos tipos de Tiroiditis comprenden un grupo heterogéneo de
trastornos que varia desde infeccio-nes bacterianas agudas hasta
enfermedad auto-inmunitaria crónica.


En conjunto, las enfermedades inflamatorias del tiroides pueden ser
la anormalidad tiroidea, encontrada con mayor frecuencia en la práctica
clínica.


La Tiroiditis por lo general se clasifica según la rapidez de inicio, la gravedad de síntomas y signos y su duración.

El propósito de este articulo es describir los mecanismos patogénicos de
los diferentes tipos de Tiroiditis, así como el método clínico para su
diagnóstico y tratamiento.


tabla-tiroides.gif


Tiroiditis Aguda


La Tiroiditis aguda (supurativa bacteriana, piógena), es una
enfermedad inflamatoria rara, por lo general de origen bacteriano, pero
puede deberse a hongos, parásitos, o incluso Pneumocystis Carinii. Los
agentes causales más frecuentes son Streptococcus pyogenes,
Staphylococcus aureus y Pneumococcus pneumoniae, aunque se ha informado
que otras bacterias, entre ellas Escherichia coli Hemophilus Influenzae y
meningococos, asi como anaerobios, causan infección.


La Tiroiditis aguda era mucho más frecuente antes del advenimiento de
los antibióticos. En una revisión de la bibliografía efectuada por
Berger y colaboradores, sólo se documentaron 224 casos informados de
Tiroiditis aguda. La aparente rareza del trastorno puede ser
multifactorial : el abundante aporte sanguíneo y el amplio drenaje
linfático del tiroides puede hacerlo relativamente resistente a albergar
bacterias.


En experimentos con infección de bacterias dentro de la vasculatura
tiroidea de perros, no se logró producir infección. Así mismo, el
tiroides está encapsulado, lo que puede proteger un poco contra
infecciones provenientes de estructuras locales. Por último, el elevado
contenido de yodo del tiroides quizá produzca un ambiente desfavorable
para el crecimiento bacteriano.


La infección puede alcanzar el tiroides a través de una de varias
vías, entre ellas diseminación hematógena desde sitios distantes ( como
las vías urinarias ), o por medio de los linfáticos, como resultado de
infecciones locales ( p. ej., faringitis o mastoiditis). Se han señalado
como fuentes de infección la persistencia de conductos tiroglosos,
fístulas internas cerca del tiroides, infección de estructuras contiguas
e incluso lesiones penetrantes. Se ha informado que en más de 50 % de
los afectados hay enfermedad tiroidea preexistente, sobre todo bocio
nodular. Los individuos con inmunodeficiecia pueden tener propensión
particular a infección. La enfermedad predomina en mujeres por lo
general de 20 a 40 años de edad, aunque afecta a niños y ancianos.


Manifestaciones clínicas


Los síntomas de Tiroiditis aguda suelen incluir inicio repentino de
dolor unilateral en la parte anterior del cuello, fiebre, diaforesis y
otros síntomas de toxicidad bacteriana. El dolor cervical puede
irradiarse hacia el oído o la mandíbula del lado de la infección.
También es posible que haya síntomas de faringitis y disfagia.

El examen físico revela inflamación en el extremo hipersensible que
puede ser consecuente. La piel por lo general muestra eritema sobre el
área afectada.


Diagnóstico de laboratorio


Casi siempre hay leucocitosis con desviación hacia la izquierda. Es
típico que los enfermos sean eutiroideos, aún cuando se han señalado
aumentos transitorios en las concentraciones séricas de tiroxina T que
se cree se deben a salida de hormona preformada desde el tiroides
inflamado. No ocurre hipertiroidismo en sí; la captación de yodo
radiactivo por el tiroides (RAIU) es más a menudo normal, aunque puede
ser baja si la inflamación es difusa. La gammagrafía tiroidea muestra un
defecto “frio” del lóbulo afectado.


Diagnóstico diferencial y tratamiento


La presentación de Tiroiditis aguda es aparatosa, aunque puede ser
limitada por otros trastornos tiroideo dolorosos, entre los que destacan
Tiroiditis granulomatosa subaguda o hemorragia dentro de un nódulo,
quiste o un carcinoma tiroideo que crece con rapidez y tiene necrosis
central. La presentación clínica de la Tiroiditis aguda, y la hemorragia
hacia un quiste o neoplasia tiroideol no se acompaña de fiebre ni de
otras manifestaciones de toxidad bacteriana. Sin embargo, es posible que
los enfermos con inmunodeficiencia no tengan fiebre. Ante sospecha de
Tiroiditis aguda, se practicará aspiración de la lesión con aguja de
pequeño calibre. La presencia de material purulento, que se debe teñir
con Gram y cultivar, es confirmadora.


El tratamiento incluye hospitalización con administración de
antibióticos o por vía parenteral y, cuando hay fluctuación, drenaje de
la lesión. A veces, se requiere escindir el área afectada. Un retraso en
el diagnóstico o el tratamiento puede ocasionar rotura de un absceso,
con bacterias y septicemia si empeora el cuadro.


Sobrevienen recurrencias de Tiroiditis aguda cuando hay un defecto
anatómico no diagnosticado, como persistencia de un conducto tirogloso o
una fístula interna no descubierta.


Tiroiditis Subaguda


Puede subdividirse en tiroidis granulomatosa subaguda,
característicamente dolorosa, y Tiroiditis linfocítica subaguda
indolora. Esos dos trastornos, son distintos desde el punto de vista
histológico y con toda probabilidad, desde el etiológico resultan
notoriamente similares en cuanto a disfunción tiroidea clínica, así como
a duración de la enfermedad y, por ende, se incluye dentro de la misma
clasificación general.


Tiroiditis granulomatosa subaguda ( dolorosa).


Este padecimiento, descrito por vez primera por De Quervain en 1904,
cuando mostró cambios tipo granulomatosos y células gigantes del
tiroides de individuos afectados, tiene diversos epónimos, entre ellos
Tiroiditis granulomatosa, granulomatosa subaguda, seudogranulomatosa,
subaguda, dolorosa subaguda y, por supuesto, de Quervain. Para los
propósitos de esta exposición, se utilizará la designación SAT
(Tiroiditis subaguda). Este trastorno ocurre con frecuencia relativa y
puede explicar alrededor de 5% de las visitas a médicos, por
anormalidades tiroideas. Es la causa más frecuente de tiroides doloroso,
encabeza la lista del diagnóstico diferencial del dolor de la parte
anterior del cuello.


Causas: Lo más probable es que la Tiroiditis granulomatosa subaguda
sea de origen viral; las pruebas incluyen las observaciones clínicas de
que suele seguir a una infección respiratoria, se relaciona con prodromo
viral, se limita sola y tiende a presentar distribución estacionaria (
verano y otoño ). También se ha vinculado con brotes de parotiditis, y
se ha cultivado virus de la parotiditis a partir del tiroides de
afectados. Además, se ha relacionado con otras enfermedades virales,
entre ellas adenovirus coxacki, influenza y mononucleosis infecciosa;
así mismo, se han demostrado títulos de anticuerpos virales en sueros de
convalecientes con SAT contra diversos virus, como el de la
parotiditis, ECHO, adenovirus y enterovirus.


En fecha muy reciente, en una ciudad de los Países Bajos, de unos 28
000 habitantes, se describió una epidemia de lo que se ha denominado
Tiroiditis subaguda atípica en 12 enfermos.


Manifestaciones clínicas: La Tiroiditis granulomatosa subaguda
predomina ( 80%) en mujeres de 40 a 50 años de edad. Como se mencionó;
por lo general hay un prodromo viral, que consiste en síntomas de
mialgias, fiebre de grado bajo, lasitud, mal de garganta y con cierta
frecuencia, disfagia. Es característico el dolor intenso en la parte
anterior del cuello; inicia de modo más bien repentino, por lo general
es unilateral y, en al menos 33% de los enfermos se irradia hacia el
oído ips lateral. El dolor también puede irradiarse hacia la mandíbula,
el occipucio o incluso la parte superior del tórax. Durante la evolución
de la enfermedad, el dolor puede migrar hacia el lado contralateral.
Cuando hay hipertiroidismo coexistente sobrevienen síntomas de
hipermetabolismo, como diaforesis, taquicardia, palpitaciones y pérdida
de peso. Es típico que el examen físico muestre un enfermo levemente
febril con una lesión tiroidea nodular mal definida, muy dura y en
extremo hipersensible. Lo más frecuente es que hay dificultades para
delinear los bordes de la lesión, porque el dolor y la hipersensibilidad
hacen que el sujeto se retire de los dedos del examinador.


La inflamación por lo general es unilateral, aunque puede haber
engrosamiento del lóbulo opuesto, con menos hipersensibilidad que en el
lado dominante. Si hay mucha inflamación, es posible que se observe
eritema de la piel suprayacente. En ocasiones, la presentación clínica
puede ser tan aparatosa como para originar fiebre elevada y síntomas
tóxicos graves. En esas situaciones, la magnitud de la inflamación y el
edema pueden bastar para producir síntomas.


Los datos de laboratorio habituales incluyen anemia normocrómica,
normicítica leve y recuento leucocitario total normal a un poco elevado.
La sedimentación eritrocitaria estimada casi siempre está muy
aumentada, por lo general más de 50 mm/h. una sedimentación normal
virtualmente excluye el diagnóstico de SAT activa. En alrededor de 50%
de los enfermos ocurre hipertiroidismo y se origina por vaciamiento de
hormona preformada hacia la circulación.


Durante la inflamación activa, la RAIU siempre está suprimida (menos
de 2% a las 24h) y depende de destrucción del mecanismo tiroideo de
captación de yodo mas que de supresión de TSH, porque incluso los
eutiroideos con SAT tienen RAIU baja. Cuando se sospecha SAT debe
efectuarse la prueba RAIU para excluir otras causas de dolor e
inflamación hipersensible de la parte anterior del cuello. Si la RAIU es
de más de 5 % a las 24 h, es muy poco probable que haya SAT. La RAIU es
normal en los trastornos listados en el cuadro 2 (salvo por el raro
caso de Tiroiditis piógena aguda).


La tiroglobulina sérica está muy elevada en la SAT, como en muchos
otros trastornos tiroideos. Dado que siempre está elevada durante SAT
activa, puede ser prueba útil cuando el diagnóstico no está claro. Una
concentración normal de tiroglobulina en un paciente con dolor de la
parte anterior del cuello virtualmente excluye el diagnóstico de SAT.


Tratamiento y evolución clínica. Diversos autores consideran a los
salicilatos y antiinflamatorios no esteroideos como los analgésicos de
primera línea más adecuados ; con todo rara vez son eficaces a menos que
la inflamación sea leve. Los glucocorticoides por vía oral (como
prednisona, 20 a 40 mg/ dia, en dosis divididas), proporcionan alivio
notable del dolor y la inflamación a menudo en el transcurso de horas
luego de la primera administración. A menos que estén contraindicados,
está claro que son los más idóneos. La dosis puede disminuirse de modo
progresivo después de una semana de administración y se suspende en el
transcurso de dos a cuatro semanas. En alrededor de 20% de los enfermos,
el dolor y la inflamación recurren, a menudo en el lado contralateral,
durante la disminución progresiva de los glucocorticoides, o poco
después de suprimirlos. En ese caso, puede reiniciarse la prednisona y
empezar otra vez en el proceso de disminución progresiva. Cuando los
síntomas de hipertiroidismo son importantes, resultan útiles los
bloqueadores beta-adrenérgicos, como el Propranolol.


Es típico que la evolución de la SAT conste de cuatro fases:


1. La fase dolorosa aguda inicial se relaciona con una masa tiroidea
hipersensible e hipertiroidismo, y suele durar tres a seis semanas.


2. A continuación ocurre un intervalo de eutiroidismo de varias semanas.


3. Seguido por un periodo de hipotiroidismo, que dura de varias
semanas a algunos meses, en el transcurso del cual puede requerirse
reemplazo de tiroxina.


4. Sigue una fase de recuperación asintomática, durante la cual se
restituye la funcion normal del tiroides. No todos los enfermos con SAT
presentan las cuatro fases. Por ejemplo, los enfermos pueden pasar
directamente de la fase dolorosa a la recuperación, sin manifestar
hipotiroidismo.


La SAT por lo general no dura más de cuatro a seis meses, y se ha
considerado que las anormalidades persistentes son raras, aún cuando un
autor ha informado hipotiroidismo 5 % de los afectados. Esa experiencia
no ha sido compartida por otros; los informes de hipotiroidismo
permanente son casi anecdóticos. En otros informes en los cuales ha
ocurrido hipotiroidismo permanente después de SAT, se ha observado
aumento persistente de anticuerpos contra el tiroides; ello sugiere que a
la vez hay enfermedad tiroidea autoinmunitaria. Sin embargo, en fecha
muy reciente, en una vigilancia a largo plazo de sujetos que sin
embargo, en fecha muy reciente, en una vigilancia a largo plazo de
sujetos que tuvieron SAT se demostró que tenían sensibilidad particular a
los efectos inhibidores de yoduros administrados por vía exógena; por
ello sugiere una anormalidad tiroidea persistente. Asi en contraste con
la opinión sostenida durante mucho tiempo de que la SAT es por completo
autolimitada, quizaás esté indicada la observación continua de quienes
tuvieron SAT.




Tiroiditis Linfocítica Subaguda. (Indolora)


Durante los últimos 12 a 15 años se ha descrito una enfermedad
caracterizada por hipertiroidismo que se resuelve solo, linfocítica
subaguda, linfocítica indolora, indolora o asintomática. Este último
término se acuñó debido a la ausencia de bocio en 50% de los pacientes
informados por Woolf. Para propósitos de esta exposición, se utiliza el
término Tiroiditis indolora.


Causas y patogenia. Datos actuales sugieren que la PT tiene una base
autimunitaria. Por ejemplo, el suero de enfermos muestra prevalencia
elevada de anticuerpos contra microcosmos tiroideos (AMA), asi como
datos histológicos de infiltración linfocítica; ambas características se
observan en la Tiroiditis de Hashimoto.


Así mismo se ha señalado vinculo entre PT y otras enfermedades
autoinmnitarias. A últimas fechas, se describió un sujeto con síndrome
de Sjögren quien presentó a la vez PT y un síndrome tipo lupus. También
se ha informado Tiroiditis indolora en asociación con enfermedad de
Addison autoinmunitaria, asi como en quienes tienen antecedentes de otra
enfermedad tiroidea autoinmunitaria, como enfermedad de Graves o
Tiroiditis de Hashimoto. Lo que no está claro es porque alrededor de 50%
de los individuos con PT esporádica no muestra datos serológicos de
autoanticuerpos contra el tiroides y porque suele haber resolución
completa de los cambios histológicos tras la recuperación, talvez, la PT
tiene causas diferentes una es autoinmunitaria y la otra quizás es
infecciosa. Esta última hipótesis recibe apoyo a partir del informe de
un sujeto y de su esposa, uno de los cuales presentó Tiroiditis
granulomatosa subaguda dolorosa, y el otro, PT concurrente.


Tiroiditis Postparto


La PT postparto es casi sin duda de origen autoinmuinitario. Hay
prevalencia mas alta de AMA positivos que la que se observa con el tipo
esporádico ( 80% en contraposición con 50%), y su inicio a alrededor de
las seis semanas del puerperio sugiere “rebote” del sistema inmunitario
materno después de supresión normal durante el embarazo. La PPPT también
suele ocurrir después de embarazos sucesivos y puede vincularse con
otras enfermedades tiroideas autoinmunitarias. Además, puede ser
familiar. El autor informó de una familia de tres mujeres, dos hermanas
que tuvieron PPPT con 13 años de diferencia, y su madre, quien presentó
hipertiroidismo posparto muchos años antes. En 50% de los enfermos con
PPPT se ha señalado un antecedente familiar positivo para enfermedad
tiroidea autoinmunitaria.


Se ha encontrado un alejo común en la PT, especialmente en al PPPT,
en el cual hay prevalencia aumentada del HLA- DR3, DR4 Y DR5 en
caucásicos. Asi una predisposición genética puede ser un determinante de
importancia en la patogenia de este trastorno.


Manifestaciones clínicas. La Tiroiditis indolora se caracteriza por
inicio relativamente súbito de los síntomas de hipertiroidismo, como
taquicardia, palpitaciones, intolerancia al calor, nerviosismo y perdida
de peso. Los signos por lo general muestran bocio pequeño,
moderadamente firme, no hipersensible. Como se mencionó, es posible que
hasta un 50% de los enfermos con PT esporádica no presente bocio.


Las personas con PPPT pueden presentar síntomas y datos bioquímicos
de hipertiroidismo o de hipotiroidismo. Es posible que este último se
diagnostique como el dato inicial en algunos pacientes con PPPT en
quienes ha pasado por alto la fase hipertiroidea. La PT esporádica
predomina ( 80 % ) en mujeres de 30 a 40 años de edad.


Diagnóstico de laboratorio. Hay aumento de las concentraciones
séricas de T3 y T4 (salvo en la PPPT con hipotiroidismo) y, al igual que
en la SAT, incremento desproporcionado de T3 respecto a T4 debido a
rotura folicular y liberación de hormona preformada hacia la
circulación. Como se mencionó, por lo general hay positividad para
autoanticuerpos contra el tiroides, en especial AMA. En contraste con la
SAT, la sedimentación estimada normal o está ligeramente aumentada. La
RAIU está suprimida, y a menos que haya una contraindicación para la
prueba, debe efectuarse ésta para excluir la posibilidad de enfermedad
de Graves. Cabe recalcar que es esencial diferenciar entre enfermedad de
Graves y PT, porque la primera requiere tratamiento especifico, no asi
la segunda. En ausencia de exoftalmologos infiltrativo en el paciente
con enfermedad de Graves, quizá no sea posible distinguir en la clínica
enfermedad de Graves y PT. En el cuadro 3 se listan datos clínicos y de
laboratorio que ayudan a diferenciar esos dos padecimientos.


Tratamiento y evolucion clínica. El tratamiento de PT se dirige hacia
el alivio de los síntomas de hipertiroidismo, los síntomas de
hipertiroidismo, mediante bloqueadores beta-adrenérgicos, como
Propranolol. No están indicados los antitiroideos, ni son útiles.
Algunos investigadores han utilizado glucocorticoides para atenuar el
hipertiroidismo y acortar su duración, pero parecen tener poca utilidad y
no están indicados. Cuando la PPPT se presenta con hipotiroidismo, está
indicado el reemplazo de tiroxina.


Al igual que la SAT, la gravedad de la Tirotoxicosis al inicio de la
enfermedad, está en relación directa con las probabilidades de que pase
por las fases subsecuentes. Debido a sus muchas similitudes clínicas, se
ha sugerido un origen común para ambos padecimientos, aunque eso parece
poco probable.


A pesar de sus similitudes, la PT y la SAT difieren mucho en cuanto a
resultado final. En un estudio de vigilancia a largo plazo efectuado
por Nikolai de 124 pacientes quienes tuvieron SAT típica y 54 con PT,
sólo tres ( 2.5%) de aquellos con SAT presentaron bocio al final de la
vigilancia, en tanto que 26 (48 %) de los 54 con PT presentaron
anormalidades tiroideas persistentes, que incluyeron tres individuos
(6%) con hipotiroidismo permanente y 23 (48%) con bocio o AMA positivos.
Mas aún, del grupo con PT 11 % presentó episodios recurrentes de
hipertiroidismo, en tanto que no se observaron recurrencia en el grupo
con SAT. Otros también han descrito disfunción tiroidea persistente
después de un ataque de PT, que incluyó bocio, hipotiroidismo y
respuestas exageradas a hormona estimulante del tiroides ( TSH ),
inducidas por hormona liberadora de tirotropina (TRH), lo cual sugiere
reserva tiroidea alterada.




Tiroiditis Crónica


Tiroiditis linfocítica crónica ( de Hashimoto )


Fue informada por vez primera en 1912 por Hashimoto, cuando
describióo infiltración linfocítica, fibrosis, atrofia de células
epiteliales y cambios eosinófilos en algunas células parenquimatosa del
tiroides de cuatro pacientes. Denominó al trastorno estruma linfomatoso.
Hoy, al parecer la Tiroiditis de Hashimoto ( HT) es la más frecuente de
las enfermedades tiroideas inflamatorias. De cualquier modo, al parecer
la incidencia de HT está en aumento, particularmente en áreas
geográficas donde hay suficiente yodo en el suelo. Así, un subproducto
de la industrialización puede ser incremento de la prevalencia de HT.


Causas y patogenia. La Tiroiditis de Hashimoto es de origen
inmunitario. En 1956, Roitt y Doniach, demostraron por vez primera
anticuerpos contra el tiroides; comprobaron la relación entre
anticuerpos y tiroglubina en el suero de enfermos con HT. Una teoria
popular actual para la patogenia de HT es que es un trastorno de
vigilancia inmunitaria alterada, con disfunción de linfocitos T
“supresores” normales, lo que permiten que una clona de linfocitos T
auxiliares produzca anticuerpos circulantes contra antígenos tiroideos,
lo que da por resultado destrucción de células tiroideas.


Otro microorganismo infeccioso, el cocobacilo Gramnegativo yersina
enterocolitica, se relaciona con autoanticuerpos positivos contra el
tiroides, y por el contrario, se han informado anticuerpos yersinis en
50 a 90% de los individuos con enfermedad tiroidea autoinmunitaria, en
especial enfermedad de Graves. Además de microorganismos
microinfecciosos, ciertos agentes ambientales, entre ellos yoduro, han
quedado comprendidos en la patogenia de HT.

La prueba clínica para la naturaleza autoinmunitaria de la HT es su
fuerte predisposición familiar y su vinculo con otros padecimientos
endocrinos autoinmunitarios como enfermedad de Graves, insuficiencia
corticosuprarrenal primaria, diabetes sacarina tipo 1 y ooforitis
autoinmunitaria, asi como con trastornos autoinmuinitario no endocrinos
específicos para órgano, como lupus erimatoso sistémico, artritis
reumatoide y anemia perniciosa, por citar algunos.


Manifestaciones clínicas. La Tiroiditis de Hashimoto es mucho más
frecuente ( 95%) en mujeres y se diagnostica mas a menudo entre los 30 y
50 años de edad. Por lo general se detecta como hallazgo incidental de
bocio durante un examen físico de rutina. La mayoría de los afectados no
tiene síntomas, y cuando sobrevienen estos últimos, puede haber
percepción de plenitud indolora en la parte anterior del cuello. En
ocasiones, es posible que haya molestia leve en el cuello y disfagia, en
particular si el tiroides está creciendo con rapidez.


Cuando el tamaño de la glándula basta para desplazar el nervio
laringeo recurrente o para comprimirlo, puede haber disfonia. En la
experiencia del autor, es raro que haya molestias locales o cambios de
la voz, aunque a últimas fechas se publicaron dos informes
independientes de ocho enfermos cada uno, en quienes hubo dolor e
hipersensibilidad de tiroides. En un informe, los ocho pacientes
tuvieron Tirotoxicosis transitoria con cifras suprimida de RAIU, en
tanto que en el otro, uno de ocho tuvo tiroxicosis, y los ocho
presentaron cifras importantes de RAIU. A pesar de esos dos informes, el
dolor relacionado con HT quizás es muy raro. Sin embargo, esas
observaciones recientes, recalcan las presentaciones clínicas variadas
de la HT.


Es típico que el examen físico revele bocio difuso, muy firme en
incluso duro, a menudo un poco protuberante o lubulado. También puede
haber agrandamiento de un lóbulo piramidal. Rara vez, es posible que
haya un nódulo firme o duro único. Se ha descrito crecimiento de
ganglios linfáticos regionales en la HT, aunque parece ser poco
frecuente.


Diagnóstico de laboratorio. La Tiroiditis de Hashimoto casi siempre
se relaciona con autoanticuerpos positivos contra la tiroides, y es
posible detectar AMA positiva en el suero de alrededor de 90% o más de
los enfermos. Es menos frecuente la positividad para anticuerpos
antitiroglobulina ( ATA); se encuentran en 20 a 50% de los pacientes.
Desde un punto de vista clínico, la prueba para AMA basta para confirmar
el diagnóstico de HT, y si bien es menos especifica que la prueba para
ATA , es mucho más sensible. Cuando se han medido títulos de anticuerpos
en HT comprobada por estudio citológico, hubo títulos importantes de
AMA en 61 de 65 enfermos estudiados, en tanto que sólo hubo títulos
positivos de ATA en 15 de 65.


Las concentraciones séricas de TSH dependen del estado metabólico del
paciente. El RAIU tiroideo varia desde bajo hasta alto y es poco útil
para establecer un diagnóstico o confirmarlo. La gammagrafía tiroidea
con yodo – 123 suele mostrar captación difusa, en placas y en general,
proporciona poca informacion útil. Las únicas pruebas necesarias en
clínica en quienes se sospecha HT son T sérica total, concentración de
TSH y prueba para AMA.


Si el enfermo se presenta con un nódulo tiroideo único, puede estar
indicada una biopsia por aspiración con aguja de pequeño calibre para
excluir carcinoma tiroideo. A este respecto, cabe mencionar que el
linfoma tiroideo primario parece relacionarse con HT, particularmente en
ancianos. La presencia de bocio grande, firme y duro en un anciano con
autoanticuerpos positivos contra el tiroides debe alertar respecto a la
posibilidad de linfoma, y se considera biopsia en esas personas,
especialmente si el bocio crece durante un periodo de observación, o si
hay síntomas de comprensión.


Tratamiento. Cuando hay hipotiroidismo, está indicado el tratamiento
de reemplazo crónico con L- tiroxina ( L-T) de sodio. Algunos
investigadores debaten si los pacientes asintomáticos con T sérica
normal y concentraciones séricas elevadas de TSH ( el llamado
hipotiroidismo subclínico ) deben recibir L-T aunque el autor cree que
deben recibir tratamiento, en especial cuando hay crecimiento tiroideo
de importancia, porque en esos casos el tratamiento crónico con L-T
puede hacer que disminuya el tamaño del bocio. Sin tratamiento, quienes
tienen concentraciones elevadas de TSH presentan hipotiroidismo
manifiesto a la tasa de 5% al año. El objetivo del tratamiento con L-T
es normalizar las concentraciones séricas de T y TSH. La disponibilidad a
últimas fechas de valoraciones altamente sensibles para TSH permite
administrar hormona tiroidea sin producir supresión excesiva de TSH y
sin tratamiento acompañante de hipertiroidismo subclínico.


En la opinión del autor, no parece estar justificado el tratamiento
con hormona tiroidea cuando hay bocio pequeño y concentraciones normales
de T y TSH, aunque algunos médicos no estarían de acuerdo al respecto
puesto que creen que el tratamiento temprano evitará la aparición más
tarde de hipotiroidismo no reconocido.

Es posible que se requiera intervención quirúrgica para aliviar síntomas
de comprensión, aún cuando es muy raro que sobrevenga comprensión de
importancia.


Tiroiditis fibrosa invasora

(Tiroiditis de Riedel, estruma de Riedel)


Descrita por Riedel en 1896, es la más rara de las Tiroiditis. Una
revisión efectuada a últimas fechas por Hay sobre la experiencia en la
Mayo Clinic, sólo reveló 37 casos entre 56,700 tiroidectomías
practicadas entre 1920 y 1984.


La Tiroiditis de Riedel se caracteriza por reemplazo del parénquima
tiroideo por tejido fibroso denso; afecta principalmente mujeres (
proporción entre mujeres y varones de 3:1) de 30 a 50 años de edad y se
presenta con antecedentes de varias semanas a varios años de crecimiento
indoloro de la parte anterior del cuello, que puede progresar
gradualmente para producir síntomas de presión, entre ellos disfagia, o
en ocasiones incluso obstrucción respiratoria. El examen físico muestra
una masa tiroidea en extremo dura, incluso leñosa, que puede afectar un
solo lóbulo, aunque en más de 50% de los enfermos hay afección difusa.
Son características la invasión y fijación a tejidos circunvecinos, asi
como su vinculo con otros síndromes esclerosante focales, como fibrosis
retroperitoneal y mediastínica, fibrosis peri y retroorbitario, asi como
colangitis ascendente.


Los individuos con Tiroiditis de Riedel por lo general son
eutiroideos a menos que ocurra reemplazo completo de la glándula, lo que
origina hipotiroidismo. No hay datos de laboratorio típicos, aún cuando
en algunos enfermos se han informado autoanticuerpos positivos contra
el tiroides. No obstante, no parece haber relación directa entre
Tiroiditis de Riedel y enfermedad tiroidea autoinmunitaria, y ya no se
sostiene como válidas las sugerencias previas de que puede ser una forma
de Tiroiditis autoinmunitaria.

Estamos a tu servicio

Visítanos

Conoce nuestras investigaciones, tratamientos y equipo avanzado en el tema de oncología

Haz una cita

Podemos ayudarte en diagnóstico y tratamientos, contamos con equipo de expertos

Diagnóstico eficiente

Ofrecemos el mejor equipo para diagnósticos tempranos en oncología